Tallinn!

Como dije en la anterior entrada, el Sábado a las 6 de la tarde partimos hacia Estonia en uno de los cruceros de la Silja Line, aprovechando unas ofertas que tienen llamadas "Crazy Days". En camarotes de cuatro personas, en los más baratos (sin ventana) y completándolos nos salia por 120SEK (unos 13€) ida y vuelta y por persona, pero nos esperamos demasiado porque había mucha gente indecisa al estar de exámenes y el precio cambió a 300SEK por persona, pero como aun resultaba bastante económico para allá que nos fuimos.

El viernes por la noche, a última hora, conseguimos llenar un tercer camarote, así que fuimos 12 personas. Diez españoles (para variar), una alemana (Ingrid) y un americano de Texas (Daniel). Al principio me preocupaba un poco que los dos no españoles se fueran a aburrir, ya que me parece que no sabían donde se metían con tanto español junto, pero creo que al final se lo pasaron bastante bien (o lo supieron disimular muy bien xD), yo por mi parte intenté darles toda la conversación en inglés que pude, cosa que me vino muy bien, y además descubrimos que Daniel sabía un poco de español y después de dos días con nosotros se llevó bastante vocabulario extra (ya os podéis imaginar xD), a parte que justo el Sábado fue su cumpleaños, seguro que nunca le habían cantado antes el cumpleaños feliz en tres idiomas distintos (inglés, español y sueco, toma ya xD).

El barco muy bien, parecido al que utilicé para ir de Helsinki a Estocolmo pero más pequeño. Aprovechamos y reservamos una sauna privada y el jacuzzi para unos cuantos (los que nos habíamos acordado de llevarnos bañador) por unas 300SEK mas o menos, una hora, aunque la sauna estaba demasiado caliente y al final pasamos casi todo el rato en el jacuzzi (7 personas). Y por la noche pues mucho cachondeo, alcohol (¡Jameson!) que pudimos comprar en el barco a mitad de precio que en Suecia y disco hasta las 4 de la mañana, además Sara se encargó de darle la paliza al DJ para que nos pusiera música española (o similar), la Macarena no faltó... La verdad es que hacía tiempo que no me reía tanto.

A las 10 de la mañana del Domingo, y después de haber dormido unas pocas horas, llegamos a Tallinn, capital de Estonia. Una ciudad cuya parte antigua fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, y con razón, ya que está muy bien conservada, es una ciudad totalmente medieval con cada casa de un color y todas las calles adoquinadas. Totalmente recomendada, y como una imagen vale más que mil palabras...

Próximo destino: ¿Letonia?